¿Perú al Mundial?

Diario de fútbol a medio camino entre la reflexión académica y la mermelada de membrillo.

Se busca técnico cama afuera

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El secreto del éxito de los entrenadores ya no es un misterio. El paso previo al triunfo está en el Perú, más precisamente dirigir en el Perú, más precisamente que te hagan la camita en el Perú. Jorge Luis Pinto (Costa Rica) y Jorge Sampaoli (Chile) probaron las mieles de esta afortunada situación y la consecuencia fue el éxito de ambos en Brasil 2014.

Advertidos de esto, se espera el próximo arribo al Jorge Chávez de Fabio Capello (ex técnico de Rusia), Cesare Prandelli (ex de Italia) y Roy Hodgson (ex de Inglaterra), quienes no pudieron clasificar a sus selecciones a octavos de final.

Tras largas negociaciones, Atlético Minero, Unión Huaral y Sport Huancayo han aceptado contratarlos con la promesa de despedirlos (previo complot de los jugadores) al primer pase errado que den sus equipos y así permitirles recuperar el prestigio internacional.

Pero la ciencia no se ha quedado dormida en los laures de sus descubrimiento. Una segunda teoría ha aparecido y afirma que la condición del éxito está en llamarse Jorge y dirigir en Perú, pero el destino de Jorge Amado Nunes aún no termina de confirmar la fortuna de ese binomio. Para su mala suerte, a él no le hicieron la camita los jugadores, sino los dirigentes, común denominador de los líderes locales, quienes además de hacer la camita a todos los aliados, los acuestan en cama camarote… lo que sea que eso signifique.

Muy poco Mundial para el Perú

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El fútbol no es el deporte universal del que todos hablan. Existen lugares en la galaxia donde esta actividad no ha llegado, donde no se practica, no se conocen ni sus reglas ni sus modos: ese lugar se llama Perú. Los aborígenes de esa tierra sí tiene una propia actividad recreativa, pero lejos está del galante uso de los pies. Es una variante a medio camino entre los 100 metros planos y el cuatro por jonca. Se le conoce como Fulbo y es fácil confundirlo con la disciplina del verdadero fútbol. Pero las diferencias se hacen evidente en un exámenes minucioso. En el primero vence el que más goles anota, en el otro el que más pollos escupe en el césped. Uno concede su transmisión full HD a DirecTV, el otro goza de repeticiones a 4 cámaras en CMD (y en TV Perú).

Existen documentos que señalan la presencia de antropólogos suizos en la lejana Perú y de supuesto contacto con los nativos peruvianos, en un intento por intercambiar conocimiento y adoctrinarlos en la práctica del fútbol. Se les dio una pelota, se plantó césped para una cancha, se contrató un árbitro, se les explicaron las reglas. No hubo entendimiento y el espíritu indómito y salvaje superó cualquier intento pedagócio. Ellos convirtieron una cosa en otra muy distinta. Si Perú no juega el Mundial de fútbol, es porque ellos no quieren participar.

(Foto: Generación.com)

El Mundial mongolito

La realidad obliga a una disyuntiva capaz de crear un paradoja espacio-tiempo que amenaza con destruir a la humanidad… u ocasionarme un cólico. San Simón jugará con Unión Comercio en paralelo al España vs. Holanda. La conclusión solo puede ser una: quien decida ver el duelo imperialista de Brasil 2014 es mongolito. Las grandes potencias coloniales quieren obligarnos a calzarnos una camiseta impropia, a ser hinchas de lo ajeno, ser sumisos a su poder. El partido de Moquegua tiene el aroma de los propio, de lo local, de la emancipación, del tamalito y el membrillo. El Mundial está apunto de comenzar. ¿A quién le importa?

¿En verdad creyeron una palabra de lo que dije? El que ve San Simón vs. Unión Comercio es mongolito*.

* Mongolito (Del lat. mongolivus). 1. adj.: dícese (yo digo) de las personas que verán el San Simón vs. Unión Comercio en lugar del España vs. Holanda. La aclaración es oportunda.

El nuevo técnico de Perú debe ser un robot

La raza humana ha dado suficientes muestras de que ningún miembro de esta especie está capacitado para dirigir a la gloriosa selección del Perú peruano. Rotas nuestras relaciones diplomáticas con razas de otros planetas, tras el lamentable envio de sondas con música de Julio Andrade, se impone aplicar la solución por décadas postergada: contratar un robot.

robot

Tras  análisis sesuso de Manuel Burga, desde su atalaya de sabiduría imperturbable, he aquí los requerimientos:

1. Que nos clasifique al mundial (fundamental).
2. Que funcione con energía solar (la salvación del Mundo es posible).
3. Que nos clasifique al mundial (fundamental again)
4. Que tenga un apodo como el Brujo, el Sabio o el Genio (necesario para motivar al hincha y permitir ingeniosas conjugaciones de la prensa oriunda).
5. Que sea capaz de controlar la pelota con la mente (precisa capacidad cuando ataquen al equipo peruano).
6. Que esté blindado contra las crítica (como RoboBurga).
7. Que sea cromado (se ve bonito así).
8. Que dispare rayos laser por los ojos (inútil, pero divertida función).
9. Que nos clasifique al Mundial (a los últimos 20 entrenadores no les quedó claro esto).

Contratando al adecuado, trabajando con miras al largo plazo y respetando los procesos, la clasificación al Mundial Perú 2026 se ve con más claridad que nunca.

El fútbol peruano proviene del mono

El gutural y natural gemido del chimpancé ha seguido un largo camino evolutivo hasta convertirse en una fonética racista en contra de nuestros amables vecinos ecuatorianos. Le decimos «monos» haciendo alución a su condición de primo en tercer grado de Max Barrios y a nadie parece ofenderle.

Espero que algún avispado capte la cara de Farfán cuando los hinchas nacionales acompañen el ataque de Ecuador con el grito de «Unga, unga». Desde nuestra jaula periodística apenas solicitamos buena puntería al aguerrido barra brava que tire un platano a la cancha. La idea es darle a Felipe Caicedo y no ocasionarle una contusión a Luis Advíncula o Johel Herrera.

Una cosa es no poder ganarle en la cancha a Ecuador, otra muy distinta es perder nuestra dignidad como seres humanos en la tribuna.

La patada testicular como símbolo nacional

Adivinos, chamanes, lectores de cartas y brujitas coinciden en que Perú le ganará a Ecuador. Afirman que Atahualpa nació en Quito, pero que se nacionalizó Perú y que eso debe significar algo. Hemos escupido ron a la foto de los delanteros ecuatorianos, hemos picado alfileres al muñeco voodoo de sus entrenadores, hemos hecho brujería a todos sus arqueros y siempre nos ganan.

El problema es que si hablamos de 4-4-2, de ataque por las bandas, de la permuta, la temporización y la marca zonal, el partido estará perdido desde el desayuno. La ciencia y el esoterismo están a su favor. Si pretendemos la victoria es momento de recuperar nuestra identidad pelotera, de aplicar las lecciones que nos enseñó el barrio y los amigos, de tener en cuenta tanta sabiduría acumulada en los inumerables Mundialitos del Porvenir. Más precisamente, es momento de convertir la patada testicular en símbolo patrio, de poner la paralítica a la altura del pabellón nacional y el envenenamiento del bidón rival como gesto heróico.

El fútbol es para vivos, reza la más baja expresión de sabiduría popular. Gracias don Sergio Markarián, pero la pizarra, el video, al estadística y el estudio ya demostraron ser armas poco eficacez. Para un país que se encuentra penúltimo en el ranking de desarrollo educativo en América, el conocimiento científico se revela inútil. La vida nos ha metido el dedo muchas veces. Es hora de que nosotros se lo metamos a los ecuatorianos en cada córner. Por que el Arriba Perú sin el Carajo no tiene sentido.

* N. de la R.

Si las medidas propuestas en este post no funcionan, recomendamos culpar a Burga de cualquier resultado menor al empate.

¿Chancho ají?

La previa del Perú vs. Ecuardor comenzó en la improbable sección de jamón y embutidos de un conocido supermercado de San Isidro/Magdalena. 150 gramos de jamonada de pavo fue el disparador para este anticipado duelo entre los hinchas nacionales y la siempre respetable afición ‘mona’ rival.

Investigaciones posteriores revelan que Markarián estuvo en el mismo supermercado un día antes, pero en la sección de quesos, si acaso esto tiene algún sentido.

Según fuentes cercanas a este blog, el ‘Mago’ habría murmurado «qué buen chancho», oh coincidencia, en el exacto momento en que Tilsa Lozano hacía su ingreso en búsqueda de productos no determinados aún por la Policía Nacional del Perú. La modelo habría respondido con una amable reverencia para posteriormente dirigirse a la sección de sánguches y chicha morada.

Información reciente indica que el presidente ecuatoriano Rafael Correa ha solicitado la conversión al judaísmo de todos los miembros de su selección, para tener excusa divina de evitar el consumo de jamón entre los jugadores

Conocida esta situación, Cancillería ha recomendado a Ollanta Humala que done una pierna de cerdo como trofeo al ganador del duelo Eliminatorio de este 7 junio. El informe espera aún respuesta de Palacio.

No hay nada que hacer, vivimos en un mundo chancho.

La evolución del fútbol peruano

El fútbol peruano está evolucionando. El proceso es lento pero empiezan a ser evidentes los cambios. Algunos jugadores (los de raingambre intelectual) han entendido que los pies no alcanzan, que toda extremidad debe estar al servicio del balón. Pronto, en un paso evolutivo definitivo, un jugador tomará la pelota con las manos, correrá hasta el arco rival y todos lo llamaremos a este invento «Rugby«.

El pie es para los vulgares mortales, las manos alcanzan lo culminación definitiva de nuestra condición humana. Otro punto de conexión entre peruanos y británicos. Siempre supimos que ‘Kukín’ Flores era un producto inacabado, que había aún otros horizonte. Alcanzado el cenit de la evolución deportivo es lógico trazarse nuevas metas. De aquí a la conquista de Marte esta a un paso.

A veces me siento como el fútbol peruano y sufro

A veces me siento como el fútbol peruano, porque juego como nunca pero el desamor llega como siempre, en el último minuto. Y me quedo con cara de autogol contemplando el inevitable y triste colofón.

A veces me siento como el fútbol peruano porque tengo ínfulas de Lionel Messi, pero todos saben que en mi mejor día apenas alcanzo a parecerme a ‘Periquito’ Chiroque.

A veces me siento como el fútbol peruano porque siempre gasto más de lo que tengo, porque siempre gasto mal, porque siempre me arrepiento de lo que gasté, pero vuelvo a gastar igualito y pensando «mañana me nivelo», sin nivelarme nunca.

A veces me siento como el fútbol peruano porque reúno todos los vicios, porque soy haragán, indisciplinado, soberbio y creo merecer más de lo que tengo, sin haber hecho nada para torcer el destino. Y me frustro y reniego y me frustro doblemente.

A veces me siento como el fútbol peruano porque estoy cansado de perder, en el fútbol, en la vida, en el amor, pero nada hago para cambiar. Solo lamentarme de ese milenario autogol en el último minuto.

La Haya dio su veredicto: Chile devolverá a Perú los puntos perdidos en la Eliminatoria

El fracaso perpetuo de la selección en las canchas de fútbol ha quedado reducido a una mera anécdota. La oportuna intervención de Marco Tulio Gutierrez en el diferendo con Chile permitió que Perú logre un triunfo histórico, con goleada incluida, sobre el país de la estrella solitaria en el tribunal de La Haya.

Además de recuperar la porción de mar usurpada, también nos serán devueltos todos los puntos perdidos en las recientes Eliminatorias, así como los 3 puntos del partido –aún no disputado– ante los chilenos (sorry tío Sampaoli). Tampoco se admitirá ningún otro resultado por debajo del empate ante las selecciones de Argentina, Colombia, Uruguay, Venezuela, Bolivia, Ecuador y España, si acaso los ibéricos se animan a un encuentro amistoso.

Apelando al habeas corpus (?), Marco Tulio logró salvaguardar los triunfos de Perú en todas las canchas del mundo, sin que la falta de talento merme nuestra derecho de celebrar una victoria. El fallo también obliga a la FIFA a entregarnos la Copa Mundial sin necesidad de haber disputado un solo partido de Brasil 2014. Como desagravio adicional, Roberto Martínez debe ser declarado de inmediato ganador del Balón de Oro de las temporadas 92, 93 y 95 (año de sus nupcias con Gisella).

La justicia tarda, pero llega.